Hace más de un siglo, el irlandés Patricio Fitz Simon fue designado para ocupar el cargo de rector del Colegio Nacional “General San Martín” de la ciudad de Corrientes, puesto en el que luego fue sucedido por su hijo Santiago. Pero imprevistamente, Fitz Simon y su mujer, Della Nelli, murieron víctimas de la epidemia de fiebre amarilla, lo que generó un sentido duelo público, pues ambos eran muy apreciados y queridos por toda la gente.
Cuenta la leyenda que el rector del Colegio San Martín “nunca se fue” y sigue habitando en los pasillos y salones del colegio, lugar que amaba mucho y donde transcurrió gran parte de su vida. Esto fue corroborado por estudiantes y profesores del colegio a través de muchos años y variados testimonios.
Su viejo piano aún sigue sonando en el silencio de las noches oscuras o en los atardeceres de otoño o invierno, también a la mañana temprano, antes del inicio de las clases. Muchos ya no le dan importancia a los hechos y lo toman como algo normal.
Pero Fitz Simon no es el único espectro o aparición que deambula por los centenarios edificios y casa de la antigua ciudad de Corrientes. Los hay en todas partes, especialmente en la zona del casco céntrico, la parte más vieja de la ciudad. Vecinos antiguos y actuales de todos los barrios dan sus testimonios y aseguran, convencidos, la existencia de distintos fantasmas que recorren pasillos, sótanos y galerías de viejos edificios. Más que una leyenda urbana, son una realidad innegable, que todos conocen, directa o indirectamente, y a menudo convivimos con ellos sin darnos cuenta.