El brocal de mármol, tallado a mano en una sola pieza, tiene forma de prisma octogonal con aristas curvadas; cuatro de sus caras representan a leones con aldabas en sus bocas apoyados sobre sus zampas delanteras.
Este tipo de brocal actualmente se usa con fines ornamentales y tiene un gran valor artístico y monetario.
Se llama brocal al pretil o parapeto sólido que, por seguridad y utilidad, rodea un pozo a nivel de superficie.
Es habitual que sobre él se instale una polea o un cigüeño, para subir el recipiente que contenga el agua extraída. También se suele colocar sobre el brocal una tapadera para evitar que caiga suciedad al interior del pozo.
Los aljibes son depósitos, normalmente subterráneos, que se llenan a través de la recogida del agua de lluvia. Se utilizan en aquellos lugares alejados de los ríos, donde no hay posibilidad de fuentes y pozos, o donde el agua subterránea es dura y salitrosa y no puede emplearse en el abastecimiento humano ni aminal.
Desde los primitivos brocales de mampostería, cerámica o madera, hasta los más recientes de obra y cemento, la historia de este humilde y sencillo antepecho en la boca de los pozos se ha vestido de los más ricos materiales: mármol, bronce, hierro. Como hermano menor del aljibe, durante siglos, el brocal se fabricó en barro cocido (ladrillo), en muchas ocasiones vidriado y de barro cocido, estos últimos de tradición mudéjar y adscritos aproximadamente a los S. XIV y XV.
Vamos a ver unas imágenes de estos, de diferentes épocas y estilos, respetando no solo la cronología sino su belleza, o historia, la mayoría de España.
También pozos de claustros o patios populares, ambos de gran tradicción Y otros instalados en plazas y calles de nuestros pueblos, estando los mas antiguos expuestos en museos de distintas ciudades.